Madonna es machorra

Pese a los 58 años que cumplió en abril, es probable que la etiqueta de enfant terrible acompañe siempre a Jean Paul Gaultier. 

El chico rebelde que esculpió los pechos de Madonna en dos conos y destripó los de Victoria Abril en aquel traje de látex que paseó en Kika (Pedro Almodóvar, 1993) es hoy un señor amable y coqueto («¡si me vas a retratar de perfil avisa, que meto barriga!», bromea con el fotógrafo), alejado de los excesos pero sin pelos en la lengua. 

Gaultier está en Barcelona para presidir el jurado de los Mango Fashion Awards, el premio de moda mejor dotado de su especie (300.000 euros, ahí es nada) que anoche se llevó la belga Lena Lumelsky. Aunque lo que todo el mundo quiere saber son detalles acerca de su salida de Hermès. 

No es para menos: el francés ha sido durante años el diseñador oficial de una de las casas de marroquinería más antiguas y lujosas (a la que Helmut Newton definió como «la sex shop más cara y lujuriosa del mundo»), y además posee el 45% de su firma. Él insiste en lo dulce que ha sido el final de «un noviazgo feliz».

Pregunta.- Ha estado los últimos siete años diseñando para Hermès, quizá la casa que mejor simboliza el auténtico lujo francés, ¿cómo ha vivido el desplazamiento del sector hacia nuevas potencias como China?

Respuesta.- La industria del lujo se ha dado cuenta de que fabricar en Europa se ha vuelto demasiado caro. Recuerdo que Calvin Klein fue uno de los primeros en llevar una parte de su producción a China a finales de los 70. No hay que tenerle miedo al cambio, allí se trabaja con suficiente calidad. China es el futuro. Por otra parte, Europa tiene que encontrar la manera de salvar a sus artesanos.

En un desfile que celebró en Moscú el pasado mayo afirmó: «Europa será un satélite de Rusia».

Los polos están cambiando de forma inevitable. Estados Unidos ha dejado de ser primera potencia y ahora existe un nuevo público en China, Rusia e India, que serán el centro del mundo en el futuro, aunque no estemos aquí para verlo.

Scarlett Johansson es su coanfitriona en los Mango Fashion Awrads, ¿cómo la definiría en un par de palabras?

Muy normal y natural. Me ha parecido simpática.

¿Y a su gran amiga y musa Madonna?

Madonna es más macho que los machos [Risas].

¿Qué opina de Carla Bruni?

La primera vez que la vi me recordó a una heroína de libro. Es una gran seductora en el amplio sentido de la palabra. Me parece normal que sea la primera dama de Francia. Posee una gran fuerza, inteligencia y carácter. Es una gran embajadora de todo: de la elegancia y de la política.

¿Y con qué ojos ve al fenómeno pop Lady Gaga?

El vídeo de Telephone me parece una ofensa a lo políticamente correcto, lo cual creo que es maravilloso y muy necesario. Estamos entrando peligrosamente en una época en la que todo está prohibido: el aborto, fumar, de repente hay cosas que no se pueden decir... y es muy grave, estamos perdiendo cosas que ya habíamos ganado en los 70. Lady Gaga es pura provocación en ese sentido. Aunque para llegar a donde está se haya estudiado la biografía de Madonna como si fuera la biblia.

¿Qué le parecen las protestas que asolan las calles francesas?

Francia está dominada por el espíritu negativo. Nunca nada está bien. A la gente no le gusta trabajar ni que los demás trabajen. Todo consiste en tener dinero y hacerse famoso. El trabajo está visto como algo vulgar.

¿No comparte las quejas de muchos franceses?

Lo que están haciendo con él es pura manipulación. Sarkozy un dirigente de derechas, cuando ha aprobado muchas leyes de izquierdas. El verdadero problema de Francia es el fantasma de la guillotina, de la revolución. Cuando, si observas nuestra historia, hemos tenido un montón de emperadores. ¡Miterrand era tratado con honores de monarca! Pero existe esa especie de culto al fracaso, de no querer ser el primero en nada. Hay una postura negativa generalizada ante el éxito o todo lo que signifique ganar dinero. ¿A dónde vamos con esa mentalidad?

¿Cree que la sociedad francesa está preparada para legalizar el matrimonio entre homosexuales?

Eso espero, ya estamos tardando. Es por culpa de las huelgas, que lo retrasan todo [risas]. A mí personalmente no me interesa casarme, pero creo que sería importante para erradicar la homofobia de muchos países como Rusia, Israel o Serbia, donde muchos gays todavía sufren discriminación.

Está en Barcelona para presidir el jurado de los Mango Fashion Awards y entregar un premio destinado a descubrir un nuevo talento de la moda, ¿qué le parecen este tipo de iniciativas?

Es una oportunidad genial para que el ganador demuestre todo lo que es capaz de hacer. ¡Es el premio más generoso de todos los que existen de este tipo! Me parece que, especialmente en un contexto de crisis como el actual, es una buena noticia para todos esos jóvenes que están tratando de abrirse camino.

¿En los momentos difíciles se mira hacia la juventud?

Sí, cuando buscas soluciones y no las encuentras, si le preguntas a alguien que no esté del todo metido en el sistema es más fácil que sepa detectar lo que verdaderamente es necesario en ese momento.

¿Se ve a sí mismo en el futuro colaborando con alguna cadena textil de masas?

En los 80 lancé mi línea Junior, que iba encaminada en esa dirección. La costura y el prêt-à-porter son maravillosos, pero sentía la necesidad de hacer jeans y camisetas, ropa más simple. Las líneas de precio más bajo pueden ser creativas y mantener el espíritu Gaultier. Desde luego, no soy de los que diseña basándose en estudios de mercado.

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